¿Cuáles son los alimentos que no debe comer nuestro perro?
A continuación os dejo una lista de alimentos que no debería comer nuestro perro; exacto, NO DEBERÍA. Por supuesto que las pueden comer, pero, como todo en la vida, se puede hacer SIN EXCESOS.
Cuándo nos miran con esos ojitos, ¿¿quién se resiste?? ¿QUIÉN PUEDE DECIRLES QUE NO A UN POQUITO DE «ALGO»?
Soy la primera que, si sobra algo de lo que he comido ese día, se lo doy a mi perro (y quizás ese día haya sofrito unas verduras con cebolla); que no es lo mismo que decir que cada día le doy una cebolla, o que cada semana le doy 5 kilos de cebollas.
Simplemente debemos usar el sentido común, mi perro no necesita la cebolla en su dieta pero no quiere decir que no pueda ni probarla. No DEBE comerla.
Como os decía:
Todo es malo en exceso
HUESOS COCIDOS
Los huesos cocidos SI se astillan, por eso son tan peligrosos; pueden causar graves problemas digestivos a tu mascota.
UVAS
Las uvas pueden producir a nuestro perro aumento de sed, entumecimiento y vómitos. Que las consuman frecuentemente podrían producirles un grave daño en los riñones.
CEBOLLAS
La cebolla puede destruir los glóbulos rojos en la sangre del perro, conduciéndolo a una anemia. Una pequeña dosis ocasional puede ser asintomática, pero comer una gran cantidad una sola vez, o comer pequeñas cantidades con regularidad, puede provocar a nuestro perro graves problemas. Los síntomas de la anemia incluyen debilidad, vómitos, poco interés en la comida, torpeza y falta de aliento.
CHOCOLATE
El chocolate contiene teobromina, una sustancia que se encuentra en la planta del cacao, principalmente en las semillas, las cuales contienen entre un 1% a un 4% de ésta. Al fermentar y secar las semillas, y luego procesar el extracto obtenido, se obtiene el chocolate. El chocolate negro contiene aproximadamente 1,5% de teobromina, esto es diez veces más que el chocolate con leche .
Los perros, a diferencia de los humanos, procesan esta sustancia más lentamente pudiendo llegar a provocarles graves intoxicaciones.
AGUACATES
Esta fruta, además de poseer un alto contenido en grasas, contiene una sustancia llamada persin que es extremadamente tóxica para los animales. El persin no sólo se encuentra en la carne del fruto, sino también en la semilla, corteza y hojas de la planta.

SAL
SAL
Consumir demasiada sal puede causar a nuestro perro sed y orina excesiva, así como conducir a la intoxicación por iones de sodio. Los síntomas de exceso de sal incluyen vómitos, diarrea, depresión, temblores, temperatura corporal elevada y convulsiones. No es una buena idea compartir los alimentos salados como patatas fritas o galletitas saladas con nuestro perro.
LECHE
La mayor parte de los perros sufren intolerancia a la lactosa, tal y como nos ocurre a nosotros los humanos. Al carecer de las enzimas necesarias para digerir los productos lácteos, estos les provocarán vómitos, diarreas y otras molestias, así cómo trastornos digestivos y la aparición de alergias alimentarias (que a menudo se manifiestan como picores).
MEDICAMENTOS PARA HUMANOS
La reacción a un medicamento comúnmente prescrito para el ser humano es la causa más común de intoxicación en perros. Al igual que lo haría con sus hijos, mantenga todos los medicamentos fuera del alcance de su perro. Nunca des a tu perro cualquier medicamento de venta libre a menos que se lo indique su veterinario. Ingredientes como el paracetamol o el ibuprofeno son comunes en los analgésicos y medicamentos para los resfriados.
CAFÉ, TÉ, CAFEINA
La cafeína en cantidades lo suficientemente grandes puede ser mortal para un perro. Los síntomas de la intoxicación por cafeína incluyen agitación, respiración rápida, palpitaciones, temblores musculares, convulsiones y hemorragia. Además de en el té y en el café, (incluyendo granos y posos), la cafeína se encuentra en el cacao, el chocolate, las bebidas de cola y bebidas estimulantes. También en algunos medicamentos para el resfriado y analgésicos.
ALCOHOL
Cerveza, licor, vino, alimentos que contengan alcohol: ninguno de ellos es bueno para su perro. El alcohol tiene el mismo efecto en el hígado de un perro y el cerebro que tiene en los seres humanos, pero se necesita mucho menos tiempo y cantidad para dañarlos. Tan solo un poco, puede causar vómitos, diarrea, depresión del sistema nervioso central, problemas de coordinación, dificultad para respirar, coma e incluso la muerte.